Las averías más caras que puede sufrir tu coche
Los coches son una inversión cara. Técnicamente, no son una inversión en absoluto, ya que su valor se deprecia en el momento en que se sale del concesionario. Sin embargo, necesitamos un vehículo para movernos donde queramos.
12/12/2022
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Los coches son una inversión cara. Técnicamente, no son una inversión en absoluto, ya que su valor se deprecia en el momento en que se sale del concesionario. Sin embargo, necesitamos un vehículo para movernos donde queramos.
Sin embargo, los coches acaban necesitando reparaciones. La edad y un mal mantenimiento pueden obligar a hacer reparaciones antes de tiempo, y algunas de ellas pueden convertirse en un contratiempo económico. En el presente artículo detallaremos las averías más caras que puede tener un coche.
Averías más caras de un coche
Un coche no puede funcionar sin un motor, y un motor no puede funcionar correctamente sin cilindros que funcionen. Cualquier tipo de daño en el motor es caro de reparar, pero los cilindros son los más caros.
Las reparaciones de los cilindros es una de las averías más caras y pueden costar entre 7.000 y 10.000 euros. Más si el vehículo tiene un motor potente. En este punto, la mayoría de los conductores cortan por lo sano y se limitan a comprar un coche nuevo.
Las baterías son otra de las averías más caras. Los coches híbridos son ecológicos y ahorran dinero a los conductores, pero sus baterías son increíblemente caras. Cambiar la batería de un coche convencional cuesta entre 150 y 200 euros. Pero en un coche híbrido, la sustitución de la batería puede costar hasta 6.000 euros.
Y al igual que la batería de un coche normal, una batería híbrida perderá su carga con el tiempo. La mayoría de los propietarios tendrán que cambiar la batería antes de que el coche llegue a los diez años.
Las transmisiones son una parte compleja que controla el flujo de energía desde el motor hasta el eje de transmisión. Desafortunadamente, las transmisiones experimentan más desgaste que otras partes debido a la fricción y el calor generados por sus partes móviles.
Los signos de una transmisión en mal estado incluyen el deslizamiento de las marchas, el olor a quemado, los zumbidos cuando el coche está aparcado y el arrastre del embrague.
La mayoría de nosotros damos por sentada la suspensión de nuestro coche, pero este componente esencial es complejo y tiene un papel importante. Sin él, sentiríamos cada bache y cada hundimiento en la carretera. Un sistema de suspensión consta de: puntales, amortiguadores, brazos de control, muelles y tirantes.
Cuando uno de estos componentes se rompe, no suele costar mucho sustituirlo. Pero cuando hay que cambiar todo el sistema de suspensión, se puede gastar entre 2.500 y 3.500 euros. Desgraciadamente, muchos mecánicos presionan a los propietarios de coches para que sustituyan toda la suspensión incluso cuando sólo se ha roto un componente.
Otra de las averías más caras que puede padecer un coche es el tubo de freno. Los frenos son el elemento de seguridad más importante de un vehículo. El reemplazo de los frenos puede ser costoso, pero el reemplazo de una línea de freno defectuosa puede ser aún más costoso.
Con el tiempo, las líneas de freno pueden dañarse o desintegrarse. Las reparaciones pueden costar más de 1.000 euros o más, dependiendo del vehículo y del mecánico. En la mayoría de los casos, los mecánicos presionarán para que se sustituya toda la línea en lugar de reparar las zonas dañadas. Por razones de seguridad, es mejor seguir el consejo del mecánico y reemplazar toda la línea.
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